Tras la muerte de su primera esposa, Isabel de Frankopan, el conde Federico II de Celje, hijo mayor del conde Herman II, se casó en secreto con Verónica de Desenice contra la voluntad de su padre. Aunque el autor anónimo de la Crónica de los condes de Celje describe a Verónica como perteneciente a una modesta familia de caballeros, Federico escribió en una carta al dux de Venecia que se había casado con la joven hija de un poderoso barón húngaro.
El furioso Herman encarceló a su hijo en el antiguo castillo de Celje. Verónica se escondió, pero finalmente fue localizada y llevada ante el tribunal. Herman la acusó de haber utilizado la brujería para tenderle una trampa a su hijo
en matrimonio, de haber intentado envenenarlo (a Herman) y de haber realizado otros intentos contra su vida. El abogado de Verónica fue aparentemente lo suficientemente convincente para que el tribunal la absolviera ese mismo día. Herman, sin embargo, hizo encarcelar a la desafortunada joven en el castillo de Ojstrica, donde debía morir de hambre y sed. Cuando esto no sucedió, Herman envió dos caballeros al castillo para terminar la obra. Ahogaron a Verónica en una tina debajo de los muros del castillo. La fecha de su muerte se registró el 17 de octubre de 1425. Fue enterrada en Braslovče, pero unos años más tarde Federico hizo que sus restos fueran trasladados a la cartuja de Jurklošter.
