En febrero de 1950, Nueva Zelanda albergó por primera vez los Juegos del Imperio Británico, ahora conocidos como Juegos de la Commonwealth.
En ese momento, fue, con diferencia, el mayor evento deportivo internacional jamás celebrado en este país. Con sede en Auckland, tuvo lugar tan solo unos años después del final de la Segunda Guerra Mundial y se consideró una oportunidad para reforzar los lazos de Nueva Zelanda con otros países de la Commonwealth.
Quinientos noventa atletas de 12 países compitieron en 11 deportes, ante un total de 246.694 espectadores que pagaron la entrada. Entre los momentos destacados se encuentran la victoria de la neozelandesa Yvette Williams, que ganó el oro en salto de longitud y la plata en jabalina, y la victoria de Harold Nelson en la carrera de 6 millas. Nueva Zelanda ganó 10 medallas de oro, 22 de plata y 22 de bronce, lo que le permitió situarse en el tercer puesto del medallero, detrás de Australia e Inglaterra.
Los sellos de esta serie ofrecen una muestra de los juegos mostrando a algunos atletas en acción. Los Juegos del Imperio de 1950 fueron recordados durante mucho tiempo como un evento deportivo espectacular que marcó el fin de la austeridad de la posguerra.