Salva vidas
¿Aceptaría un órgano nuevo si pudiera salvarle la vida? La donación de órganos se basa en el voluntariado y el altruismo, lo mismo se aplica a la donación de sangre.
En 2024 se cumplen 20 años desde que la OMS instituyó el Día Mundial del Donante de Sangre. Muchos medicamentos y tratamientos vitales que damos por sentados se encuentran gracias a personas que voluntariamente reservan tiempo para donar literalmente una parte de sí mismas.
No hay sustituto para la sangre. La sangre es un material vivo e incluso con la tecnología moderna y avanzada, la sangre no se puede producir artificialmente, debe donarse. Es por eso que dependemos completamente de los donantes de sangre para que el servicio de salud funcione. Los donantes de sangre son vitales para los servicios de salud en Noruega. Y necesitamos muchos más donantes de sangre nuevos cada año, para reemplazar a aquellos que ya no pueden donar sangre debido a la edad, la enfermedad, el uso de medicamentos o similares.
Para muchas personas, la donación de órganos es la única salida a una enfermedad mortal. En Noruega, hay entre 400 y 500 personas en lista de espera para recibir un órgano nuevo que les salve la vida. Un donante fallecido puede salvar hasta siete vidas.
Es tres veces más probable que necesite un órgano nuevo que le salve la vida que que lo haga usted mismo. Para que el trasplante de órganos siga siendo una opción de tratamiento, es esencial que la mayor cantidad posible de personas se pronuncie activamente sobre si se convierten en donantes.
Cada año, muchas personas sufren la pérdida de un familiar y, para que la donación de órganos sea una opción, el médico preguntará al pariente más cercano qué deseaba el fallecido. Si no se sabe esto, corresponde al pariente más cercano tomar la decisión sobre la donación de órganos. Por eso es importante que todos informen a sus seres queridos de sus deseos mientras aún están vivos, para que la familia no tenga que tomar la decisión por ellos.
