El deporte moderno se ha convertido en un fenómeno del siglo XX. Hoy en día, el desarrollo del deporte sigue siendo muy dinámico.
El maratón es uno de esos fenómenos del atletismo. Ya en los primeros Juegos Olímpicos modernos restaurados, celebrados en Atenas en 1896 y que respaldaban las ideas de Pierre de Coubertin, esta prestigiosa disciplina de carreras sugería el lugar que ocuparía gradualmente con el tiempo. Fue el maratón el que logró unir, a través de un arco único, la antigüedad y la época moderna, para dar a conocer a la gente la historia del valiente Filípides, que se propuso difundir la noticia de la victoria y la paz resultante.
Tras su estreno en Atenas, la llama olímpica comenzó a arder poco a poco también en otras ciudades. En 1924, París fue la segunda sede de los Juegos. Es aquí donde podemos rastrear los acontecimientos que finalmente llevaron al nacimiento de la famosa tradición del maratón de Košice. Además de los testimonios de los grandes talentos y el rendimiento de deportistas de todo el mundo, los últimos 100 años han traído consigo otro conocimiento: el ardor y la pasión excepcionales de muchas generaciones de habitantes de Košice que, a pesar de todos los acontecimientos turbulentos y los cambios sociales, siempre han sabido mantener en alto con orgullo la bandera de este evento emblemático. Han demostrado que la difusión de los conceptos de amistad, tolerancia y ayuda mutua puede ser imparable, a través de una competición deportiva caballeresca, incluso en nuestra vida cotidiana.
Branislav Koniar
