El 12 de septiembre de 2024 se conmemora el centenario del nacimiento de Amílcar Cabral. “Un simple africano”, como él mismo se definía, “que cumplía con su deber en el contexto de su tiempo”, Amílcar Cabral alcanzó un amplio reconocimiento y prominencia no solo por haber ideado y dirigido la lucha más exitosa por la liberación nacional en las antiguas colonias portuguesas en África, que condujo al establecimiento de dos estados independientes, Guinea-Bissau y Cabo Verde, sino también por el valioso legado teórico en el que basó esa lucha.
La dinámica resultante de este proceso revolucionario fue un factor decisivo en la derrota y desaparición del imperio colonial portugués, con un impacto significativo y ampliamente reconocido en la evolución y reconfiguración política del continente africano.
Lo que distingue a Amílcar Cabral y lo sitúa entre las grandes figuras de la historia contemporánea es su inusual combinación de rasgos de personalidad: fue un líder político carismático, un hábil diplomático y un sabio estratega militar guiado por sólidos principios éticos y humanistas, así como un prolífico productor teórico basado en sus reflexiones sobre la lucha de liberación, que incorporaba diversos ámbitos del conocimiento humano, en particular la cultura y las ciencias sociales.
Estas múltiples facetas, y la influencia que ejerció y sigue ejerciendo sobre muchos intelectuales contemporáneos, hacen de Cabral una de las figuras históricas más importantes del África del siglo XX y un punto de referencia indispensable para los pensadores actuales, como lo reflejan las innumerables obras publicadas sobre su vida y pensamiento, incluidas varias tesis doctorales, sin olvidar las frecuentes conferencias y debates que le dedican instituciones académicas de todo el mundo. Reconocidos escritores, pensadores, artistas y activistas sociales de todos los continentes lo estiman y admiran. Muchos reconocen la influencia de Amílcar Cabral en su propia trayectoria y en sus propias opciones, y se le ha dedicado una notable cantidad de obras científicas y artísticas. Entre quienes, aún hoy, se sienten motivados a luchar por los ideales de justicia, progreso, libertad e igualdad, muchos buscan inspiración y orientación en sus escritos y en su actitud ética ejemplar. Como prueba del reconocimiento universal del valor de su legado, numerosas ciudades de varios continentes han erigido estatuas en su honor, e innumerables calles, avenidas, plazas y otros lugares notables, como universidades, escuelas, hospitales, edificios e instituciones diversas en todo el mundo, llevan el nombre de Amílcar Cabral.
Para rendir homenaje a este ilustre caboverdiano y guineano, que fue al mismo tiempo africano y universal, con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento, se están llevando a cabo numerosas iniciativas, no sólo en los países cuya libertad él diseñó y consagró o en las respectivas diásporas diseminadas por el mundo, sino también en un gran número de países donde la influencia de su legado sigue siendo actual y pertinente. Celebrar el centenario de Cabral, reconociendo la importancia de su legado en la afirmación de nuestra identidad, no es otra cosa que “cumplir con nuestro deber en el contexto de nuestro tiempo”.
