Por un Real Decreto de 5 de julio de 1920 (Gaceta de Madrid del 8 de julio) se establecieron las primeras líneas aéreas españolas para el transporte de personas y correo. y se anunciaron los correspondientes concursos. A la vista de la situación que se vivía en la Zona del Protectorado español en Marruecos, el Gobierno decidió activar las líneas Sevilla-Larache y Málaga-Melilla (esta última quedó desierta).
El concurso preveía que el servicio fuera cubierto por compañías españolas. Se presentaron al concurso cuatro empresas. Los miembros de la comisión técnica formada al efecto, presidida por Federico Leal, jefe de los Servicios Postales de Correos junto con el ingeniero Emilio Herrera, máxima autoridad aeronáutica de la época, tras diversas vicisitudes, recomendaron la adjudicación a C.E.T.A. (Compañía Española de Tráfico Aéreo). C.E.T.A. pondría en marcha la línea entre Sevilla y Larache el 15 de octubre de 1921.
La inauguración tuvo lugar en el aeródromo de Tablada (Sevilla), donde el arzobispo de Sevilla bendijo los tres aviones De Havilland DH-9C y uno de ellos, el matrículado M-AAAG “Sevilla” realizó el primer vuelo en el que se transportaron 53 cartas, según la prensa de la época. La primera carta que se conoce corresponde al vuelo Larache-Sevilla del 19 de octubre de 1921 y, como era preceptivo, va franqueada con 15 céntimos y el sobreporte aéreo de 50 céntimos.
El sello conmemorativo reproduce esta primera carta conocida y, sobrepuesta, una imagen del avión que inauguró la línea. Señalemos, como anécdota, que los sellos que se enviaron a Larache se agotaron enseguida y que ya el 22 de octubre se conocen cartas donde el sobreporte aéreo se abonaba con un sello de correo aéreo de una peseta fraccionado por la mitad, sirviendo así como dos sellos de 50 céntimos para el pago de este sobreporte.
La compañía CETA mantuvo la explotación de esta línea Sevilla-Larache hasta el final de la década de los años 20 del siglo pasado.